Figura 1: El sistema de semáforos crea redes y circuitos de sociabilidad (Video: Baraka)
El circuito de semáforos de Nueva York condiciona los ritmos de vida de sus habitantes. Son como las válvulas de la calle–rigen varios de los patrones de la ciudad.
Figura 2: Un semáforo de Manhattan tumbado por Sandy (Foto: Alan Grabinsky)
El apagón de Manhattan cortó aquellos vínculos sociales que dependían de rituales eléctricos. La percepción de la distancia cambió: las personas que se encontraban más allá de la cuadra o del barrio se convirtieron en entes muy distantes—no sólo no había forma de contactarlos, no quedaba claro cómo ni cuándo se iba a llegar. Caminar la ciudad sin semáforos se volvía algo que requería fuerza de voluntad–era una experiencia tétrica, algo que se hacía solamente cuando había una necesidad.
Este fenómeno causó que las cuadras se vertieran sobre si mismas–las actividades sociales y económicas se focalizaron, las relaciones entre barrios se coartaron.