Esta ciudad es una cosa anormal: uno se encuentra durmiendo plácidamente, tranquilo y relajado, mientras millones de dólares son intercambiados frenéticamente a unos cuantos metros de distancia. Se viene un huracán, el Moma y todos los teatros están cerrando, yo lo único que hago es gastar y gastar. Afuera, en Times Square, millones de turistas atraviesan la ciudad como hormigas, mientras que uno se pierde en la inercia de la maquina capitalista y gasta dinero a lo guey.
Ya quiero que empiecen clases, ya quiero tener un departamento y sentirlo como un hogar…
Sin embargo estoy todavía en una especie de limbo.. incertidumbre…
Ahorita, me encuentro sentado en el seguro piso del teatro de Wicked, viendo como las familias llenan el espacio y pensando en los muchos millones de dólares que se perderán por Irene. No es normal que esté escribiendo aquí, pero me causa algo así como tranquilidad esto de tener donde plasmar mis pensamientos. Aquí, sentado entre una familia coreana y una señora alemana, me siento más extranjero que nunca. Escribir es construir un hogar.